La paradoja de la Democracia es que en el acto supremo de ejercicio de los derechos ciudadanos el votante tiene ante sí un menú limitado de opciones de entre las cuales surgirán quienes gobiernen o ejerzan labores legislativas. No es frecuente que el ciudadano "elija" , es decir, sienta que aquel que esta apoyando con su voto es la expresión de sus ideas e intereses. Muchas veces se apela al descarte, a lo ya conocido frente a lo incierto, a lo que puede hacer menos daño, a la simpatía u antipatía por uno u otro candidato, etc.
Los hechos de público conocimiento que involucran bolsas con guita que aparecen en despachos, valijas con dólares negros que viajan en aviones privados y demás avivan las especulaciones acerca de como esto afecta la cuasi-certeza que existía acerca del triunfo de Cristina y como esto sería virtualmente capitalizado por la derecha opositora.
Por su parte, también se especula acerca de la dispersión de la oposición, de su nula entidad como opción de poder con lo cual escasa sería su cosecha pues está muñida de tenedores cuando está lloviendo sopa.
Personalmente aspiro a que el debate sea mucho más que esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario