La sensación que a uno lo asalta luego de la masacre del viernes es que postear minucias de la política local aparece como una actividad frívola, un divertimento que si bien hace a la vida de una comunidad en vísperas de elegir se torna dramáticamente irrelevante.
La muerte hizo su entrada y ahora estamos en el terreno de la locura. Hay pilas de hipótesis y ninguna cierra del todo. Versiones, "primicias", "pistas clave", miserables especulaciones electorales. Todo en el marco de la más profunda revisión del pasado de la fuerza que se recuerde y con un testigo que aún no aparece.
Mientras escribo esto hay una marcha de policías retirados por el centro, mañana miércoles marcharán los familiares de las víctimas pidiendo justicia. También hay versiones de un posible autoacuartelamiento de la Policía de la Pcia como dice esta nota de Agencia Nova no confirmado aún. Sus integrantes se sienten indefensos, andan en lo posible sin uniforme y acompañados.
Se ha golpeado al corazón de la política de seguridad, de la imprescindible labor de la Justicia en ajustar las cuentas con un pasado que nunca deja de estar presente y las víctimas somos todos.
Hace 2 horas
3 comentarios:
Tiene razón Ingeniero, en el medio estamos nosotros.
Así lo siento Mr Groncho.
Hay una imagen que tengo que no me la puedo sacar de la cabeza. En mi trayecto diario al trabajo a veces me encuentro con Hebe de Bonafini esperando su remisse en la puerta de su casa. Cinco cuadras más allá vive de toda la vida un ex policía que fue secretario de Etchecolaz y está acusado de seguir a López antes de su secuestro y conspirar junto con un grupo de policías retirados que estarían más para cuidar a sus nietos que para tramar golpes de estado. Y aqui vivimos nosotros. El pasado nunca termina de ser presente y ahora esto.
Un abrazo
Nestór, hasta que no se cierren todas la heridas, los fantasmas del pasado va a volver una y otra vez. Pero es con memoria, verdad y justicia para todos los genocidas que vamos a poder mirar al futuro.
Saludos
Tincho
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