Hoy, con todo empiojado muchos se preguntan si el conflicto con "el campo" se podrìa haber evitado, si no habìa otra opciòn. Aca en este blog opinamos que NO.
Era un conflicto anunciado que se iba a dar tarde o temprano cuando las circunstancias polìticas fuesen favorables, cuando se estimara que el Gobierno estaba lo suficientemente debilitado en la opiniòn pùblica como para pasar a la ofensiva y recoger apoyo en los sectores urbanos o en su defecto indiferencia ante la suerte de la administraciòn.
El resultado de las negociaciones lo demuestra: "el campo" no querìa arrelgar. Conversò obteniendo cada vez màs concesiones hasta que cuando se estaban por discutir las retenciones mòviles salieron a romper pùblicamente.
Y esa polìtica se debe a la debilidad de la conducciòn de las entidades rurales. No se puede firmar lo que las bases no van a aceptar. Buzzi se encontrò en la encrucijada de firmar lo que De Angeli en la ruta iba a impugnar. Si la lògica es "el que negocia es traidor" el negociador camina por la cuerda y antes de caerse renuncia a homologar la traiciòn. No se trata de buena o mala voluntad, se trata de la imposibilidad de hecho de ejercer la representaciòn.
El gobierno tratò de buscar una salida honorable. Primero no aceptando el emplazamiento, la deadline del 2 de mayo. Luego negociar cediendo sin aceptar pùblicamente la derrota pues debe gobernar casi 4 años màs y serìa suicida aparecer tirando la toalla.
Y digàmoslo con todas las letras: "el campo" no quiere a este gobierno. Quiere que Cristina renuncie y venga Cleto, que se llamen a elecciones anticipadas o lo que fuese pero quiere terminar con el kirchnerismo. Asì de sencillo y brutal.
Planteadas asì las cosas llegò el momento de hacer "el aguante" como dijo Cristina en Jujuy.
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