De rechazos y contradicciones insuperables

Ayer Mauricio Macri le puso la làpida definitiva al acuerdo con la Coaliciòn Cìvica en la CABA con una frase demoledora:

“No conozco a Carrió, nunca la vi gestionar, no sé cómo es gobernando. Yo estoy dispuesto a hablar con cualquiera para debatir una propuesta seria”.

Ante semejante frase Lilita que hacia los medios tiene que dejar en claro que no deja de conducir todo lo que pasa en el universo opositor, aún cuando la rechazan dijo que "es la respuesta que estaba esperando" "me conoce y me tiene miedo".

Y para ponerle la frutilla al postre recurrió a su clásico mesianismo:

"Yo tengo el deber de unir a la Argentina, los que se excluyen, se excluyen porque quieren"

Hay que reconocerle a Carrió que de los diferentes "armados" nacionales que la hinchada mediática opositora alienta el suyo es el único que queda en pie relegando al "armado de Duhalde", con el cual martillaron durante meses el año pasado, al ámbito de la PBA. Y este último está siendo torpedeado por el mismísimo Colo De Narváez, aliado y ahijado de su esposa Hilda a partir de que Tachuela intentó ponerle un freno a su legítima voluntad de encabezar la lista de diputados nacionales en aras de la "unidad".

La vida suele ser más compleja que lo que aparece en letras de molde en los periódicos. El tan mentado diálogo se pregona y se ejerce a través de los medios en donde los dirigentes se interpelan unos a otros, se sellan alianzas en el aire sin que la otra parte involucrada haya dado conformidad, se dedican falsos elogios que encierran una descalificaciòn como: "el PRO tiene gente muy valiosa" por ejemplo de Elisa Carrió hacia Macri, se chicanean como: "no me cierran los 4 años que Solá apoyó a Kirchner" del Colo hacia Felipe y podríamos seguir enumerando. Bajar uno de esos acuerdos a la realidad concreta en donde las contradicciones no se pueden sublimar "porque la gente lo pide" es muchísimo más complejo y escribimos esto con sorpresa porque parece una obviedad y sin embargo hace falta señalarlo.

Carrió esto bien lo sabe pero quiere darle un sentido que juegue para ella. La unidad del revoltijo es imposible pero quien ante los ojos de la sociedad hace un sacrificio en pos de dejar de lado contradicciones secundarias para resolver todos juntos la contradicción principal? Porque tendría que haber un "nosotros" aún en el "diálogo y el consenso" que se enfrente a "ellos". Y con "ellos" el diálogo es imposible, son el mal absoluto.

Carrió se ha subido a la cresta de la ola. Veremos como surfea.


* Recomendamos este post del periodista deportivo JPV en Artepolitica acerca de este tema.