El enigma del Parlamento

Hemos hablado en entradas anteriores que la sanción del DNU que crea el Fondo del Bicentenario apunta a asegurar el financiamiento del Estado en el 2010. No hay política posible sin financiamiento en un año cargado de vencimientos de la deuda y teniendo pendiente el canje de bonos de la deuda en default, la llave para abrir el mercado de capitales internacional y acceder a un financiamiento externo más barato. Ambos, el canje y el Fondo del Bicentenario son parte de la ingeniería financiera del Gobierno para afrontar este año sin tener que recurrir a otras variantes, todas a priori más costosas para el pueblo.


Este es justamente un punto sensible con una oposición que se cree ganadora en el 2011 y pretende gobernar vicariamente con Cristina en el PEN pero aplicando su programa de ajuste y "sinceramiento" de las variables económicas desde ahora, sin pagar en el sigiente períodos los costos políticos que ello implica. Las "3 o 4 cosas en las que todos estamos de acuerdo" llevan como primera condición un ajuste de las variables económicas ya sea en su variante devaluadora o revaluadora del peso y trae el beneficio adicional de impedir la virtual recuperación del peronismo para afrontar con mejores armas el 2011, inclusive en la posibilidad de no ganar las elecciones pero manteniendo un bloque parlamentario cuyo número complique un eventual gobierno "de unidad nacional" encabezado por alguna de las figuras que se proponen como recambio y su programa es desarmar lo logrado en estos hasta ahora 6 años.

Es por eso que dinamitar el financiamiento o hacerlo más oneroso comprometiendo a la actual gestión, resultan fundamentales para aquellos que pretenden no la continuidad de la administración de un Estado activo, presente y director de la economía desde la política sino un quiebre que va más allá del manual de buenos modales que exhiben en los medios.


El eje del debate se trasladó ahora al pedido de la oposición a Cristina para que llame a sesiones extraordinarias en el Congreso para tratar los DNU o, haciéndola más dificil, que envíe un proyecto de ley para la creación del Fondo del Bicentenario. La diferencia entre ambas cosas no es menor porque un proyecto de ley requiere de la aprobación de ambas cámaras mientras que un DNU si no es rechazado por una de las cámaras sigue vigente. En caso contrario, los bloques opositores impulsan una autoconvocatoria de ambas cámaras cuya validez o no genera otra arista del debate que creemos importante pero no escencial pues quien tenga el número finalmente será quien tenga la razón, o por lo menos, la fuerza que define la situación.


Esta instalación exitosa de este eje hace que la inicativa política entonces este hoy del lado de las oposiciones mientras el Gobierno recibe fallos adversos en la Justicia que si bien estimamos no fallará acerca de la cuestión de fondo, tampoco le liberará el camino al oficialismo siendo en definitiva la política quien deba solucionar el entuerto, aunque estos fallos indudablemente condicionarán el resultado final. Su respaldo al okupa del BCRA, hoy prácticamente su único sosten y sin poder prácticamente nada al frente de la institución, ha complicado seriamente al Gobierno en la pelea política.


Pero ya sea que en tanto el PEN llame a extraordinarias, los diputados se autoconvoquen o el Gobierno consiga estirar la situación hasta marzo, el tema pasará por el Parlamento por lo que el Gobierno deberá formar masa crítica que apoye estas iniciativas y si la forma antes el conglomerado opositor ambos DNU están muertos. Este miercoles los bloques opositores en Diputados programan reunirse para concertar esta autoconvocatoria cuya fecha tentativa es el 3 de febrero y segun ellos, ya contarían con el número necesario de 129 diputados para lograr el quorum propio lo cual aún debe demostrarse.

Una de las incógnitas sería la actitud de los diputados de los bloques de centroizquierda, sobre todo el "grupo de los 11" comandado por el solanismo que idearon un ardid para no sumarse graciosamente a la estrategia de la derecha con una bandera tradicional de la izquierda, tan tradicional como anacrónica acerca de la legitimidad de la deuda externa. Para concurrir a esa sesión autoconvocada el tema se tendría que incluir en la convocatoria, algo que aunque no lo digan en público, los opositores rechazan.


Hay otra incógnita que nos queda de la que mucho no se habla. Como actuarían los legisladores que responden a las administraciones provinciales opositoras? Serían capaces de pretender ahogar financieramente a la Nación, algo que tarde o temprano repercutiría en sus propias fiananzas? Porque hay un discurso intransigente que puede quedar muy bien en dirigentes como por ejemplo Elisa Carrió cuyo partido más allá de algunas intendencias no tiene responsabilidad alguna de gobierno en distrito alguno y echarle la culpa a la Nación por la falta de caja por ejemplo para abonar los sueldos no es una razón que entiendan mucho los que deben cobrar.

Justamente Carrió volvió de sus vacaciones de Punta del Este a hacer volar por los aires cualquier intento de acercamiento entre la oposición y el oficialismo con la denuncia de un "pacto", que tan mal suena, del que desde la UCR salieron a despegarse rápidamente luego de ofrecerle al ofiialismo una fórmula para empezar a conversar. Lo que nos cuesta entender es como una diputada que conduce un modesto bloque de diputados y solo cuenta con una senadora sea quien determine la politica a seguir y el miedo que le tienen.


Desde el oficialismo voces como la de Agustín Rossi hablan de que es necesario llegar a alguna clase de acuerdo para destrabar la situación. Una fórmula posible sería una ley que forme una comisión de seguimiento del gasto del Fondo del Bicentenario para alejar las sospechas opositoras acerca del manejo de esa caja por parte del oficialismo. El éxito de esta fórmula va a depender de si logra quebrar el frente opositor entre los que juegan a fondo con el desfinanciamiento y los que saben que esto complica la gobernabilidad no solo presente sino también futura.


Esta semana entonces será definioria para algunas situaciones como la permanencia de Redrado al frente del BCRA, al menos formalmente y se contestarán las objeciones de la SEC de EEUU a la presentación argentina para el canje de bonos en default, operación boicoteada por la actitud del okupa y la banca que le puso la oposición con el fin de dañar al oficialismo cuando en definitiva será algo que pagaremos todos los argentinos si esto empeora las condiciones del canje. Y además se irán aclarando las relaciones de fuerza reales en el Parlamento cuando ya las condiciones que existían para la formación del grupo A en Diputados han cambiado y pensamos que es posible operar sobre las contradicciones de un conglomerado que si bien los unió el afan de derrotar al oficialismo y ganarle terreno legislativo, ahora estamos hablando de recusos constantes y sonantes y la discusión necesariamente cambia.