martes, 2 de noviembre de 2010

Hoy el post lo hace Teodoro Boot: Basta de Kirchner




Basta de Kirchner

por Teodoro Boot

Nuestro amigo y contertulio Teodoro Boot nos envía estas reflexiones acerca del súbito reconocimiento de Néstor Kirchner por los grandes medios y figuras que en vida lo detestaron y calumniaron.


Fuera del caso de algún tonto irredimible que envió su pésame “institucional” desde la ciudad de Buenos Aires, la reacción general de medios y políticos opositores fue primero de una encomiable prudencia que pronto mutó en elegía, dando cuenta tal vez del fervoroso afecto popular manifestado en las calles. Así, gentes que habían acusado a Néstor Kirchner de las peores infamias, como la de “traidor a la patria”, y eso es mucho decir, y que hace un par de meses le endilgara Solanas, descubrieron súbitamente en él un modelo de virtudes cívicas, republicanas y patrióticas (también Solanas, que no parece estar del todo cuerdo).

Es posible que personas de a pie, ante la certeza de la muerte y la brutal toma de conciencia de la posibilidad del fin de lo que disfrutan y muy livianamente critican, opten por mirar la realidad con menos capricho y mayor objetividad, pero no cabe esperarse similar reacción de los escribas a sueldo de los monopolios ni de politiqueros (y politiqueras) capaces de bestialidades del estilo “sería divino que Cristina quedase viuda”. Sin embargo, los escribas se apuraron a ensalzar la figura de Néstor Kirchner, reconociendo, de súbito, como fruto de un asombroso satori, el auténtico milagro de que fue artífice y que consistió, permítase recordarlo, en evitar la disolución nacional. Nada menos.

Y detrás de estas yegüas madrinas de los grandes diarios, se encolumnó rápidamente la tropilla de politiqueros, politiqueras, pretendidos productores y chamuyantes de toda laya, al grito de Kirchner fue un grande”. Fue. Nótese.

De mirarse las cosas con ingenuidad o ignorancia de visitante de la galaxia Andrómeda, llamarían la atención los muy diferentes y contradictorios roles que Néstor Kirchner parece haber jugado en la realidad política argentina: mediocre gobernador de una lejana provincia de pastores de ovejas, desaliñado candidato a presidente, títere de Eduardo Duhalde, montonero confeso, montonero encubierto, comunista, falso montonero, nazi, usurpador de los derechos humanos, setentista resentido, hegemónico, chavista, sionista, cornudo, tirano, pollerudo manejado a su arbitrio por una neurótica, autoritario, verdadero poder detrás del trono, etcétera, etcétera, etcétera.

En cambio, de haber vivido algunos años en este país y de mirar las cosas sin anteojeras ni lentes deformantes, hasta el visitante de Andrómeda podría haber comprendido que nadie, ni un demente irremediable, ni un poseso por el espíritu de Asmodeo, podría haber sido víctima de tal multiplicidad de tan contradictorias personalidades. Y aguzando más la vista, advertiría que siempre y en todos los momentos, se trató de difamar, deteriorar, erosionar, vaciar la autoridad política no de Néstor Kirchner, sino del presidente de la nación.

¿Es un espíritu, un propósito libertario el que ha movido y mueve esta demolición? ¿O es en cambio el permanente intento de llevarnos a la disolución?

Cabe sospechar y con bastante fundamento, que esto último es lo que está detrás de las grandes campañas, de las grandes operaciones mediáticas de erosión del presidente, o la presidente. No importa la de quien: basta con que sea la de aquél dispuesto a construir y defender esa autoridad. Y no por autoritarismo, sino porque en esa autoridad radica la unión y en consecuencia, la fuerza y la libertad de nuestra sociedad.

Viene desde el fondo de nuestra historia. Tras la independencia y la larga guerra civil –que según algunos comenzó en 1820, con la batalla de Cepeda, y según otros en 1813, con la detención de los delegados constituyentes artiguistas ordenada por Alvear– fue Rosas quien, valido de la autoridad y el poder que le conferían su personalidad y el dominio de la aduana, consiguió impedir que los cuatro países en que nos convertimos durante la independencia hubiesen terminado siendo seis, o diez. Hasta sus enemigos se lo reconocieron, post mortem naturalmente, y es así que la Constitución de 1853/60 recoge fundamentalmente uno de los principios centrales de las Bases de Alberdi, el que sostiene la necesidad de elegir periódicamente, por tiempo determinado y sujeto a la Constitución, a un monarca al que, por una concesión republicana, llamamos “presidente”. No hace lo que quiere, sino que está sujeto a las leyes. Pero sólo y únicamente sujeto a las leyes. De ahí la existencia del poder del veto y del de desempate en el senado a favor del ejecutivo, que viene a ser siempre “el oficialismo”, detalle que debería hacer reflexionar sobre la flagrante violación a la Constitución que perpetra casi cotidianamente el señor Cobos.

En verdad, en ningún sitio la Constitución dice que el vicepresidente debe obligadamente desempatar a favor del ejecutivo, de la misma manera que no dice que el presidente no deba oponerse a sí mismo. Eso es tan obvio que no es necesario decirlo (como no es necesario decir que está mal visto violar al abuelito hemipléjico y nonagenario): simplemente se desprende de la lógica del texto y del espíritu de lo que está escrito. En este caso, la Constitución.

No es casual que los países americanos, donde la ilusión fue anterior a la realidad, las leyes a la sociedad y el Estado a la nación, imperen abrumadoramente los regímenes presidencialistas, en contraposición a los europeos, donde la nación fue anterior al Estado y la sociedad a sus leyes, donde los regímenes, monárquicos o republicanos, son parlamentaristas. En unos, sometidos a fuerzas e influencias centrífugas, se trata de construir la nación a través de una autoridad central; en los otros, de limitar la autoridad central en una nación ya construida. Son procesos y circunstancias históricas muy diferentes, y es necesario reconocer en todo momento dónde está uno parado para no quedar confundido por los principios abstractos. Digresión que viene a cuento para entender el cómo y el porqué de la persistente tendencia a erosionar la autoridad presidencial, cuando ésta se ejerce, claro.

Desde esta perspectiva es sencillo comprender la seguidilla de contradictorias infamias de que en vida fue víctima Néstor Kirchner así como su exaltación actual, pues siempre se trató de evitar la unidad y reconstrucción nacional impidiendo la edificación de un poder político central, en los casos americanos, necesariamente presidencial.

Puede ser verdad que en su ausencia temporal y, mucho más, en la definitiva, sea posible calibrar la verdadera dimensión de los hombres, la calidad e intensidad de su influencia en nuestras vidas, pero en la persistente, en casos sorprendente, y en general desconcertante exaltación de Néstor Kirchner por parte de los grandes medios se oculta el mismo soterrado propósito: socavar la entidad y autoridad política presidencial en la persona de la presidenta actual. Así, la otrora histérica y neurótica harpía que manejaba de la nariz al incauto bobalicón patagónico, la crispada autoritaria, ha devenido en una pobre y débil mujer librada a su suerte tras la muerte de quien era su verdadero mentor, una detestable Evita trasmutada por arte de magia mediática en una patética y débil Isabelita.

Se trata de una operación política y ya dijimos cuál es su propósito. A esta operación no se le responde con un “Fuerza Cristina”, “Cristina Conducción” o disparates que gracias al cielo no se han dicho, del estilo de “Cristina es Néstor”, porque lo que viene detrás es la intención del retroceso, la reconstitución de un “consenso federal” sujeto al arbitrio de caudillos provinciales conservadores, el deshilachamiento de los bloques parlamentarios, el avance de caudillejos pejotistas y, en consecuencia y en defensa propia , de tutti cuanti. Y siempre a expensas de la autoridad política presidencial, que es donde, guste o no, radica la unidad y posibilidad nacionales.

Pero la operación mediática tiene sus efectos indeseados, sus daños colaterales: la exaltación a ultranza de Néstor Kirchner por parte de quienes ayer nomás fueron sus más acérrimos difamadores hará que más de un distraído empiece a pensar y evaluar las cosas según la debida perspectiva con que las cosas deben ser evaluadas, la perspectiva histórica, los grandes plazos, los trazos gruesos en los que tan imbécil resulta detenerse en minucias y detalles. Y junto a este “efecto colateral”, a esta “indeseable consecuencia” está lo que el veterano Víctor García Costa definiera como “El más sonoro cachetazo de nuestra historia”, el que el pueblo argentino le propinó a esa falaz y descreída clase mediático‑política en estos días de aguerrido duelo en gran parte de las plazas del país. La de Mayo, fue una plaza emblemática, que aunque novedosa y sorprendente para algunos, resultó para otros un revival: más allá de las múltiples excepciones, desde su composición social y etaria, fue una plaza propia de los momentos de ruptura, transformadores, revolucionarios si se quiere: trabajadores, profesionales, intelectuales, estudiantes, artistas, amas de casa, empleados de comercio, oficinistas y pobres casi privados de todo (excepción hecha de lo conseguido en los últimos años), en forma abrumadora, mayoritariamente menores de 30 años y por encima de los 55/60. Es una conjunción explosiva, de una potencialidad tan asombrosa como arrolladora; así de mayoritariamente juvenil y heterogénea fue la plaza del 17 de octubre y así fueron las “plazas” de los 70. Y así fue, seguramente, la composición de esa abigarrada, dolida, agradecida y militante multitud que en 1933 transportó a pulso el féretro de Hipólito Yrigoyen en escenas que inevitablemente era posible evocar en Río Gallegos.

La similitud de las imágenes sorprende y alienta esperanzas tanto como templa ánimos ante la insidiosa y atractiva operación mediática que exalta a Néstor Kirchner como forma de disminuir a Cristina Fernández. Y no por Cristina Fernández en sí, sino por Cristina Fernández como máxima autoridad política nacional. Porque de eso se trata: no de destruir a un partido, a una facción, sino de impedir ya definitivamente la construcción nacional.

Tal vez, sólo tal vez, quienes desde una hipotética y artificial “izquierda” tan útiles han venido siendo a la más concreta y real de las derechas, consigan ver las cosas en su debida perspectiva y comprendan qué es lo que se encuentra en juego. Tal vez, sólo tal vez…

El punto aquí parece ser que el peronismo, el kirchnerismo, cesen en los homenajes y su duelo tan rápido como puedan acabar con los sectarismos, que si demuestran algo eso sería que no se entiende la situación por la que se atraviesa. A nadie que mira la realidad con alguna objetividad puede escapársele las enormes chances que tiene la señora presidenta de ser reelecta. Está en la calle, está en la súbita toma de conciencia de tantos argentinos, es uno de los “daños colaterales” de la operación mediática gracias a la cual Néstor Kirchner sería hoy absolutamente imbatible, tanto como Luiz Ignacio Da Silva lo es en Brasil, cuando ya no es candidato.

Es muy probable la reelección de Cristina Fernández, cuando llegue el momento y si al momento se llega en auge y no en caída. Hay número y consenso para ello, pero es necesario recordar que los pueblos no valen tanto por su número como por su organización y la calidad de sus dirigentes.

De la calidad de la máxima dirigente nadie puede tener la menor duda. Y lo sigue demostrando. De los demás y de la organización no puede decirse lo mismo y es ahí donde está el centro de gravedad de la pelea política: organizarse y organizar al pueblo. De esa organización surgirán los nuevos dirigentes que tanto la sociedad como la presidenta estarán necesitando. Que a Néstor Kirchner lo sigan ensalzando los escribas de los monopolios. Nosotros no necesitamos hacerlo: lo llevamos en el corazón.



19 comentarios:

Vladimir dijo...

Colega: difícil que cierta izquierda comprenda a cabalidad la situación nacional. Aunténticas patrullas perdidas organizaciones como Libres del Sur ya cruzaron hace tiempo el Rubicón del ridículo. Veamos si no esto que aparece en el web de las Liebres, obra de la excelsa pluma del compañero Tumini escrita veinte días antes de la muerte de Néstor: "EL KIRCHNERISMO A LA DEFENSIVA
Desde que Kirchner perdió las elecciones de junio de 2009 -a pesar de todas las triquiñuelas que introdujo para ver si lograba evitarlo- trabajó sostenidamente para evitar el ocaso final. Con audacia, pocos prejuicios políticos, escasa ética y sistemático doble discurso, jalonó dicha estrategia con múltiples tácticas orientadas a mostrar que aquella derrota sólo había sido un traspié momentáneo. La frutilla de ese postre es el reciente intento de instalar en la opinión pública la imagen cuán vigoroso se conserva el kirchnerismo". Realmente impresentable. Saludos cumpas!!!

Ricardo dijo...

Un lujo el post. Para enmarcar.
Un abrazo.

Ariel dijo...

Excelente.

Anónimo dijo...

Groso.

Anónimo dijo...

No hay garompa que les venga bien en la vorágine de odio en la que viven.

Convencidos de que todos están contra uds, condenan por igual tanto a los que se acercan a dar el pésame (SOlanas, Macri, los radicales) como a los que hacen silencio para no incurrir en hipocresías (Carrió, Duhalde).

No saben valorar la cortesía y las maneras civilizadas, tan importantes para seguir viviendo.

Por eso se lanzan Timerman y Carlotto a decir tonterías. Uno con una camiseta de militante que no sé quién le prestó y la otra rebajando su rol y la de la institución que dirige al nivel de una unidad básica.

Los auténticos odiadores de los que habló ayer Mempo Giardinelli, como si necesitaran, hoy más que nunca, de un enemigo para justificarse.

Espero por el bien de todos que se calmen. Ya hemos probado sobradamente dónde se llega cuando se desata el odio y la enemistad.

saludos

lava

Anónimo dijo...

Allá en la isla Maciel donde yo vivo sabemos cómo tratar a estos sotretas. Los agarramos con los chongos de la Agrupación Putos Peronistas y les damos una clase de astronomía.

JP posta

Anónimo dijo...

Hegeliano dijo...
Que lucidez, que inteligencia, me asombran los anónimos, cada día mas afilados.

Estos son los militantes 2.0, me cago en satanás, directo a una derrota sin paradas intermedias.

Ademas buscan a un tal Bertoldi, debe ser para que los asesore, asi repuntan un poco, ya que a un colombiano narco cheto, lo hizo ganar en provincia, a ellos al menos les consigue un 22%, asi no hacen papelones en 2011.
17 de marzo de 2010 17:23

Anónimo dijo...

JP que bondi me deja en las Isla Maciel? mi mamá me dijo que me deja ir
(para que me reconoza¡can: soy el de los labios pintados)


saludos

lava

Anónimo dijo...

Inge: todo bien con Boot, pero no había algo más cortito para postear?

El muchacho escribe lindo, como Manolo, pero yo no puedo concentrarme tanto rato.

Un abrazo peronista

JP

Anónimo dijo...

Hay algo en esta reacción colectiva tras la muerte de NK que no entiendo. Cuando murió El Viejo las circunstancias eran mucho más dramáticas.

Quedaban ISabelita y el Brujo. El Loro con el cuchillo entre los dientes, Rodrigo (un genio de la economía), Cafierito (que ya se sabe lo pícaro que es), la Gloriosa JP, los montos y el viejo PJ.

Pero además estaban los milicos agazapados para dar el asalto.

Y así y todo hubo otro clima. El Chino se permitió olvidar los duros agravios y dijo lo del viejo adversario despidiendo al amigo.

Acá con la economía floreciente en manos de El Niño y los militares reducidos a soldaditos amariconados no hay peligros en el horizonte.

Por qué tanto encono???

Ilustre Inge, ilustre...


Abrazo pedonista

JP

Anónimo dijo...

decís eso de "militares reducidos a soldaditos amariconados" y se me hace agua la cola
ya me veo en una trinchera pidiendoles que me den unas felices pascuas
ggrrrrrrrrr!
y como llego a la Isla Maciel???


saludos

lava

Anónimo dijo...

Vení, vamos de la manito. Yo conozco todas las trincheras de la Maciel. No sabés la de bayonetas que he lustrado!!


Grrrrr

JP

Perdone el entusiasmo Inge, pero este Lava me saca.

beatriz m. dijo...

El brillantisimo post de Boot no merecía algunos comentarios berretísimos.


Lo único que podemos hacer los que nos deleitamos con su lectura es recomendarlo o repostearlo.

A las provocaciones chito, shssss, que se calienten ellos.

JP si no podés mantener la concentración zapineá párrafo por
párrafo, vale la pena. Lo extenso no quita la pronfundidad y los tiempos que vienen van a ser moviditos, vale la pena reflexionar sobre ellos y valorar el trabajo de compañeros tan profundos como Tomás.

A la oposición ajjjj, irrespetuosa, y sobre todo antidemocrática, hay que hacerle ole,ole,ole.

Que vayan a festejar la muerte de Néstor con sus dirigentes, son tan parecidos a ellos en su mediocridad que hay que apenarse.

Saludos.

Anónimo dijo...

Che Lava te el toor, ya te dije que dejes de usar mis iniciales. Si querés levantarte algún chongo, usa tu nick.

JP

desvinchado dijo...

Muy bueno. La descripcion de la Plaza fenomenal. Y la que se viene tambien. Hay que militar

desvinchado dijo...

Nestor Margarita perdio el juicio? Pidio que se arme un gobierno de concertacion para superar la debilidad...blablabla

Anónimo dijo...

exelente análisis del compañero Boot.Nada más. Mrgone

Diego dijo...

No voté ni a Néstor ni a Cristina. Con 33 años, luego de haber participado en el 2002 del movimiento de asambleas barriales y haber caído en el desgano político nuevamente en el 2003, militando en una agrupación en la facultad desde 2004 hasta mediados de 2005 -habiéndome desganado por segunda vez-, estoy interesado nuevamente en la política. Y puedo debatir sobre política de una manera distinta. ¿Y saben qué? Sin pertenecer a ningún partido, estoy debatiendo sobre política con compañeros de trabajo y conocidos de otros ambientes, personas que son trabajadoras, que por más que ni siquiera se hayan fogueado en algún ámbito político pueden razonar un poco, simplemente porque son humanos y han tenido educación, y también -y muy importante- porque me conocen y me estiman. Y yo no pretendo que ellos apoyen tal o cual partido. Si logro mostrarles algunos puntos de vista más sobre la realidad, me voy más que satisfecho por haber ejercido mi responsabilidad como ciudadano: la de hacer política desde mi lugar de manera consciente.
Muchas cosas no me gustaron de los casi 2 gobiernos de los Kirchner. Pero definitivamente apuestan por un modelo de inclusión social, que favorezca el empleo y la educación. En el aquí y ahora, no con promesas sino con medidas concretas. Y a mi querida Izquierda le pido que si va a ser oposición que sea oposición y no contra. Porque pienso que sí, que hay que distribuir mucho más la riqueza, que todos deberían tener igualdad de oportunidades, que todo trabajador debería tener un salario digno, pero en el contexto actual del país eso no es posible; por eso ir paso a paso, por eso ir del hecho hacia el ideal y no de una teoría hacia el ideal.
Como los enemigos de los Kirchner son los que apoyan un modelo neoliberal, en donde la Economía y la ganancia de las empresas es privilegiada, en vez de ser privilegiada la vida humana, yo me cruzo a la vereda de los Kirchner.
Y las próximas elecciones sí voy a votar a Cristina.

Saludos,
Diego.

Diego dijo...

¡Viva Latinoamérica! Y ojalá no falte mucho para gritar ¡Viva el Planeta Tierra!