Encontramos en Twitter este mensaje del periodista de C5N, Fabián Doman acerca de una correlación inversamente proporcional entre rating televisivo de los candidatos y su potencial electoral. Esto debería hacer sonar todas las alarmas de quienes basan su estrategia política casi exclusivamente en estar presentes en la pantalla para así llegar al electorado. Existe la certeza de que "si no estás en la tele no existís" pero ahora esa existencia no es garantía de buena llegada ni se traduce en votos, nunca lo fue en realidad pero ahora se manifiesta con más fuerza.
Más de un dirigente construyó un personaje televisivo para desde allí proyectarse a la pelea electoral y parece que resulta que terminó conociendo y aplicando correctamente las reglas del medio sin que esto se traduzca en votos. Hay casos que nos venían llamando la atención como el de Silvana Guidici que estuvo presente por meses en cuanto programa político existiese defendiendo a capa y espada los intereses del Grupo Clarín en contra del "chavismo oficialista" expresado segçun ella en la Ley de SCA y hoy devenida en candidata radical-coloradista a JG de la CABA tiene un altísimo índice de desconocimiento en el electorado porteño: o la gran mayoría de la gente no mira programas políticos o su personaje televisivo no se identifica con el de una candidata más allá de los límites del set de televisión.
La duda que nos queda es si no será también que la causa de este fenómeno está en que aquellos personajes más invitados a los programas políticos se han acostumbrado a hablar de los problemas que les preocupan a las corporaciones y sus demandas, que además muchos de ellos van a exponer dificultades de armado político y de su política de alianzas, la imposibilidad del "consenso" entre el agua y el aceite, sus agujeros.
Esto también puede ser un dato para aquellos que gozan de buenos números y comienzan a ser invitados a los programas. No interesa saber que propone ese candidato o es demasiado previsible como para dedicarle un tiempo a escuchar su propuesta?
Creemos que tanto los medidores como los que no miden deben registrar este cambio y adaptarse para la comunicación de sus propuestas.
8 comentarios:
Buen punto, Néstor, aunque los "medios" siempre inciden, si no caeríamos en el cinismo al estilo de Beatriz Sarlo, de relativizar su influencia para ocultar sus presiones y censuras. De hecho, imaginemos cuánto mediría Giúdici si encima no apareceria todo el tiempo en los espacios del Grupo Clarín.
Me parece que la cuestión va más por el carril de la estrategia electoral a la que apelaron.
En un primer momento carecieron de estrategia alguna: fueron sólo el furgón de cola del intento destituyente. Cobos vice y las cuatro tapas de Clarín que voltean gobiernos.
Luego se organizaron para junio de 2009 y ahí sí, el ACyS tuvo una identidad clara y terminó como segunda fuerza electoral nacional; Union-PRO pudo ganarle al FpV en la PBA, cabalgando en el castigo al oficialismo y en, precisamente, la telepolítica. Pero luego la diáspora, el desmembramiento. Eso es determinante: si estando del otro lado del escritorio no son capaces de organizarse, darse una estructura, permanecer cohesionados, trabajar juntos, ¿por qué lo harían mejor del lado del escritorio donde queman las papas?
Para colmo la agenda que llevaron adelante, republicana, institucional, consejo de la magistratura, control de DNUs, etc., no es una agenda propia y eso se nota. No construyeron otro discurso que el del antikirchnerismo y también están pagando ese déficit.
Saludos.
A mi me queda una duda por encima de la duda: ¿el rating del que hablan, es el de Ibope?
Porque si está basado en eso, tranquilamente el dato podría ser irreal.
¿O está basado en encuestas?
¿Alguien lo sabe?
gracias si responden.
Buen análisis. Me parece que es momentánea la falta de eficacia electoral de los medios. es que se gastaron todos los cartuchos descaradamente y quedaron en evidencia. Ahora cuanto van a tener que remar o si les va a resultar operativo hacerlo es otro tema.
Soy el "anónimo" de las 11.05. Que las empresas mediáticas, por sí solas, no puedan hacer ganarle una elección a alguien no quiere decir que haya que subestimar su poder. De hecho, la estrategia de los voceros de los medios es justamente ocultar cualquier tipo de influencia que puedan llegar a tener. Para dominar, nada mejor que ocultar justamente eso, que podés dominar.
Hay que dar directamente una guerra cultural en todos los ámbitos (más allá de la pelea del kirchnerismo contra Clarín) para que las sociedades tengan una mirada y lectura crítica de los medios.
Creo que hay liderazgos mediáticos, como el de la Mentalista y en menor medida el de Pino, que no podrían cortar el apoyo de los medios ya que es lo único que realmente tienen.
Más allá de que les de o no intención de voto o visibilidad frente a los electores, los ¨sin tierra¨ no podrían darse el lujo de perder ese motor.
En el caso específico de la Mentalista, creo que además eso le alcanza para seguir.
No tiene ninguna vocación de poder real (al menos no a ningún nivel ejecutivo) y se conforma con su rol de fiscal moral de la Nación.
Hay una parte de esto que tiene que ver con la discusión de la LSCA y 678: ahí se puso en evidencia para mucha gente que no lo conocía qué es Clarín. Al deslegitimarse el medio, se deslegitima lo que por él se transmite. No hace falta pegarle a Carrió, por poner un ejemplo, hace falta que Carrió hable por Clarín.
Después de lo que paso con el fenómeno de Gran cuñado creo que eso no va más y principalmente por lo que paso después de haber ganado las legislativas.
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