Sin rumbo y a los gritos

Ante la caída en vertical en intención de voto de Ricardo Alfonsin, el "lider" radical viene por un lado intensificando sus recorridas sin la compañía de su ex aliado Francisco De Narváez y por el otro haciendo declaraciones a los medios con lineas y conceptos que vencen al otro día en donde cambiará el eje de sus argumentos.

En el fin de semana largo, Alfonsín se la pasó repitiendo que "según encuestas propias" la UDeSo seguía segunda en intención de voto siendo esta de "17 o 18 puntos", unos 5 puntos arriba de los votos obtenidos en las PASO, es decir, creciendo en lugar de bajando al dígito como lo están dando prácticamente todos los sondeos que lo ubican con una intención de voto de alrededor de 8 puntos.

Ayer escribió una carta abierta a los simpatizantes y militantes radicales pidiendo encarecidamente el apoyo en las elecciones, sobretodo a sus candidatos a legisladores, y justificandose, casi pidiendo disculpas, por el acuerdo con el Colo De Narváez. Decía entre otras cosas:

"Algunos se enojaron con algunas cosas que hicimos. Lo hicimos creyendo que era lo mejor para el partido y, sin traicionar las convicciones, algo que jamás me permitiría"

"El 23 de octubre se decide si continúa el proceso de recuperación del partido que ostenta 120 años de lucha, entre otros de Alem, Yrigoyen, Balbín y, si me permitís decirlo de esta manera, de mi viejo"

Justamente hoy en La Nación aparece un reportaje en donde le preguntan por el pacto con el Colo:

-¿No cree que se equivocó cuando se alió con De Narváez?

-No. Yo nunca fui gorila y Raúl tampoco. Podemos revisar la experiencia, pero no abandonarla.

- ¿Pero no lo afecta que ahora también apoye a Rodríguez Saá?

-Francisco me lo consultó primero. Me dijo que él no tenía candidato a gobernador e iba a apoyar nuestras listas. Y yo le di el OK.

- Pero Rodríguez Saá promueve el corte de boleta contra usted.

-Eso fue imprudente. Pero Francisco ya aclaró que nos apoya a nosotros. Además, la gente siempre tuvo libertad de cortar boleta.

No se entiende mucho pero a esta altura la cosa no está como para andar rompiendo publicamente con nadie y se tratan de salvar las apariencias como se pueda.

Y entonces se intensifica el ataque a quien todos los sondeos dan como segundo, tema en el que hizo punta Lilita Carrió, denunciando un pacto entre el Gobierno y Hermes Binner:

"El Gobierno está eligiendo de hecho a sus rivales electorales y pretende alzarse no sólo con el primero sino también con el segundo puesto el 23 de octubre”

“Ya hicieron todo lo posible el 14 de agosto para relegarnos y volverán a fracasar. Alientan otras opciones porque no le conviene que nos fortalezcamos los radicales, que somos los verdaderos progresistas".

"El Gobierno maneja dos escenarios en vistas a 2015 o incluso antes, en los que aspira a consolidar el Frente para la Victoria como espacio de centroizquierda y disputar, en la variante ideal, con una fuerza de centroderecha; pero, si esto no se diera, sabe que es probable una compulsa entre dos espacios de igual signo".

"Al Gobierno no le conviene el crecimiento de los radicales, porque nosotros somos progresistas de verdad, y trata así de instalar otra fuerza que, en realidad, no sea viable en el tiempo porque no es sustentable"

Tal intención del Gobierno no se ve por ningun lado porque en ese caso intensificaría la pelea con Binner en lugar de ignorar olímpicamente al candidato del FAP en sus ataques cada vez más virulentos tratando de despegarse justamente de las acusaciones del resto del espectro opositor de estar en connivencia con el oficialismo.

Que dirá Alfonsín mañana, o esta tarde misma?

La mención al 2015 corresponde a que Alfonsín quiere instalar entre los radicales que no se está jugando solo una elección sino el futuro del partido frente a los que están pensando castigar las políticas electorales erradas. Que sin una decorosa actuación en estas elecciones la historia puede terminarse, al menos como opción de poder en la Argentina.

En su descargo podemos decir que pueden achacársele al candidato radical muchas cosas pero tenemos presente que cualquiera hubiese sido la opción entre él, Cobos o Sanz, la política de alianzas hubiera sido la misma. Alfonsín solo hizo lo que estaba en el menú para que el que resulte el candidato lo hicieste y esta crisis radical que intentarán colgarle en la espalda cuando se terminen de contar los votos es estructural en el partido centenario y él solo es quien ocasionalmente tuvo que hacerle frente desde la máxima posición y eso, con todo lo injusto que pueda ser, será por lo que pague.