viernes, 14 de octubre de 2011

Victima del odio


Reproducimos la crítica a la película Juan y Eva escrita por el jefe de la sección espectáculos de La Nación, Claudio Minghetti y publicada el 15 de septiembre en su edición impresa. El periodista fue despedido por el diaro a raíz de este artículo además de su apoyo a las políticas del INCAA.

Es muy probable también que el artículo haya disparado la resolución abrupta y arbitraria de un conflicto que ya estaba planteado pero esto no cambiaría el hecho de que el despido del periodista se debe a su forma de pensar.

Gerardo aca desarrolla la idea de que La Nación tiene derecho a despedir a un jefe de sección que no concuerda con su linea editorial la cual es innegociable para cualquier medio. De acuerdo, pero esto muestra como bien dice su post que:

"El problema acá es el discurso hipócrita del diario, que permanentemente habla de "Libertad de prensa", "Periodismo independiente" y demás frases hechas que no se sostienen en la realidad cuando ha quedado al descubierto una vez más que si no le gusta cómo piensa un periodista sencillamente lo echa."


Juan y Eva
Por Claudio Minghetti

Juan y Eva (Argentina/2011) / Director: Paula de Luque / Guión: Paula de Luque, según un relato de Jorge Coscia / Fotografía: Willy Behnisch / Edición: Alberto Ponce / Música: Iván Wyszogrod / lntérpretes: Osmar Núñez, Julieta Díaz, Fernán Miras, Sergio Boris, Alfredo Casero / Distribuidora: Primer Plano / Duración: 110 min. Nuestra opinión: Muy buena.

1944. En medio de una fiesta coqueta, el embajador norteamericano Spruille Braden le pide a uno de los invitados que le hable en español en lugar de balbucear en inglés. Las copas comienzan a moverse mientras lejos, en San Juan, la tierra se abre. Es sólo el principio de una historia de amor que deviene política. Es que como directora Paula de Luque se propone recrear la historia de amor nunca antes contada entre personajes como Juan Perón y Eva Duarte, conocidos por su presencia y trascendencia en la historia argentina del siglo XX. Y lo consigue.

Muy inteligentemente, De Luque los aborda en un momento clave, aquel que comienza cuando cruzaron sus vidas y culmina el 17 de octubre de 1945, cuando cientos de miles de hombres y mujeres, en especial los de las clases marginadas de todo el país, lo impusieron como su líder.

Lo poco de íntimo de aquel matrimonio, el de un militar viudo con una joven actriz en ascenso, de origen humilde, empezaba a ser invadido, cada vez más, por la tarea de gobernar un país rico y promisorio, pero con marcadas injusticias sociales.

Para lograr su meta, De Luque pulió con prolijidad un guión que no esquiva la historia, pero sabe mover delicadamente la cámara hasta esa intimidad de la que poco se sabe. Si de tareas difíciles se trata, parece que De Luque está preparada para resolverlas. En su film no sólo trabaja la columna central de la historia y los diálogos -algunos muy precisos, agudos y polémicos, en oportuna versión libre, y en los íntimos, que sugieren más de lo que ponen en palabras- sino la de las imágenes, con una delicada concepción plástica.

Es imposible pensar en dos actuaciones en extremo convincentes (no necesariamente calcos de los auténticos y protagonistas) de Osmar Núñez y Julieta Díaz sin el apoyo del entorno en sintonía. Es el caso de la impecable María Ucedo como Blanca Luz Brum, en su papel de secretaria ministerial, o el de Fernán Mirás, como el coronel aliado Eduardo Avalos, tan efectivo como el de Sergio Boris, el teniente coronel Domingo Mercante. Ninguno de estos personajes, al igual que el del embajador Braden (un medido Alfredo Casero), a quien recorta en su función como impulsor del frente opositor al movimiento naciente, opacan a los verdaderos protagonistas sino que los ayudan a imponerse. Lo mismo ocurre con la escenografía, el vestuario y la música, que consiguen lo que buscan, emocionar, sin excesos, como los personajes, sin repetir lo mil veces dicho ni rendirse a la tentación del discurso.


Minghetti agradece el apoyo por Twitter:

"Ayer fui a buscar mis cosas y la gente del diario comenzó a saludarme. De golpe veo que del resto de las secciones empezaron a aplaudirme y todos se levantaron, se acercaron y me saludaron" (de este reportaje en El Argentino en donde el crítico habla de su despido "sin causa" según la empresa.)


4 comentarios:

Daniel dijo...

Lo que es la "libertad de prensa", eh.

No van a hacer la Giúdici y la Bullrich una sesión especial en diputados ahora, invitándolo a Minghetti que exponga?

CASPA DE MALDITOS dijo...

Esto es gravisimo. la SIP no piensa decir nada?

GeneralSusvin dijo...

Lo echaron por presiones del gobierno polpotiano y dictatorial de Cristina, no es cierto?
Sunescándalo!!!

Ricardo dijo...

Mi solidaridad con Minghetti. Esto sí que es un atropello y no las estupideces que denunciaban Nelson Castro, Majul, etc.

¿Nos sentamos a esperar las duras condenas que del despido harán Lanata, Morales Solá y Blank? Majul no, poque ahora sí que debe tener miedo...

Lamentable.