jueves, 9 de julio de 2015

Hoy el post lo hace Teodoro Boot: Balotaje y voto en blanco



Balotaje y voto en blanco


Teodoro Boot


Para ahorrar el tiempo de ciertos lectores urgidos de discernir y clasificar cuanto antes las intenciones del autor, empecemos por un par de las posibles conclusiones de esta nota: votar en blanco en un balotaje es una de las propuestas más bobas que a una fuerza política se le pueden ocurrir y una de las reacciones más estériles y presuntuosas de cualquier votante.

Bien. Ahora que somos menos, avancemos de a poco.


Una tradición nacional

La abstención y el votoblanquismo forman parte de la tradición política argentina, pero no siempre un mismo instrumento tiene efectos políticos similares.

La abstención electoral yrigoyenista de tiempos anteriores a la ley Senz Peña, siempre acompañada de acciones revolucionarias, puebladas, insurrecciones y conjuras militares, tiene poca o ninguna relación con la abstención electoral impulsada por Alvear durante la primera mitad de la Década Infame. En el primer caso, era parte de la protesta radical contra el fraude institucionalizado. En el segundo, la coartada necesaria de la oligarquía para la instauración del “fraude patriótico”.

El peronismo hizo uso frecuente del voto en blanco durante los largos 18 años en que estuvo impedido de participar de los actos electorales. Se trató, en general, de un voto en blanco orgánico, parte de una protesta contra la proscripción que incluía sabotajes, acciones armadas, huelgas, tomas de fábrica, conspiraciones militares y asonadas guerrilleras.

El votoblanquismo peronista contó con gran legitimidad popular pues eran vastos los sectores del pueblo impedidos de expresarse electoralmente en libertad, pero su efectividad fue relativa: si bien por su masividad el voto en blanco no permitió la consolidación de otra fuerza política mayoritaria a expensas del peronismo, tampoco impidió la instauración gobiernos con aura de democráticos y la prolongación durante 17 años del régimen instaurado por la Revolución Libertadora.

Más o menos efectivo, la importancia del votoblanquismo peronista radicó tanto en su masividad como en su permanente vinculación con acciones revolucionarias. El mensaje era claro: no habría posibilidad de sistema político estable y duradero si se insistía en excluir y prohibir la participación electoral del partido político mayoritario.


El balotaje

El balotaje carece de cualquier clase de vínculo con el fraude o la proscripción. Consiste en una votación en segunda instancia entre las dos fuerzas más votadas de una elección, si acaso ninguna de ellas hubiera arribado al 50% de los votos válidos emitidos. Su propósito sería impedir que alguien acceda al gobierno sin contar con el apoyo explícito de, por lo menos, el 50% de los votos válidos emitidos en esa segunda instancia.

El argumento: otorgar mayor legitimidad al nuevo gobierno, lo que en un régimen de representación proporcional carece de lógica y sentido. La legitimidad y capacidad de gobernar de un partido están íntimamente relacionadas con el número de legisladores con que cuenta en la(s) cámara(s). Pero como los legisladores son electos tras la primera ronda electoral y el resultado del balotaje no otorga al triunfador ningún plus de legisladores, en realidad, el balotaje no otorga ni más poder ni mayor legitimidad.

La razón de fondo del sistema de balotaje es dar a un conjunto de partidos y ciudadanos la posibilidad de coaligarse contra quien haya obtenido mayor número de votos. Este fue el propósito casi explícito del sistema electoral ideado por Arturo Mor Roig en 1972 e implementado por la dictadura de Agustín Lanusse para las elecciones de 1973. Ese también fue el propósito del sistema de balotaje uruguayo gracias al que, al menos en 1999, blancos y colorados pudieron impedir el acceso al gobierno del Frente Amplio, triunfante en la primera vuelta electoral.

Tal el sistema por el que, con argumentos y generalizaciones bastante pueriles, se inclinó la asamblea constituyente porteña en 1996.

En cambio, el sistema de balotaje que rige a nivel nacional no es más que otro de los muchos remiendos y engendros irracionales surgidos de las negociaciones del Pacto de Olivos: un balotaje que no parta del hecho de que ninguno de los dos primeros candidatos haya sacado el 50% de los votos es tan balotaje como el carril exclusivo para colectivos es un metrobus.
Pero así es la ley.


La papelera de reciclaje

En la ciudad de Buenos Aires rige un balotaje como dios manda: o un candidato obtiene el 50% de los votos o va a una segunda vuelta con el segundo. Ante esa instancia están ahora los porteños, con las cosabidas confusiones, petulancias y vanidades del caso.

Conviene aclarar que un balotaje no es una elección sino una opción, que es a lo que queda reducida cualquier elección entre sólo dos alternativas.

Conviene también aclarar que a ninguna fuerza política le fue impedida la participación electoral de manera que, en su momento, los ciudadanos pudieron inclinarse por aquellos que más se acercaran a sus preferencias o pretensiones. Quienes se sienten cercanos al nacionalsocialismo pudieron perfectamente votar al Führer Alejandro Biondini. Es verdad que muchos tal vez hubieran preferido hacerlo por el auténtico Führer, pero ya está visto que no se puede todo en la vida.

La cuestión es que, con sus carencias e insatisfacciones, las elecciones se realizaron y los ciudadanos pudieron votar sin impedimentos. Ahora llega la segunda instancia, cuando es necesario optar por uno de los dos candidatos más votados. De eso únicamente se trata: no hay terceras o cuartas alternativas, pues no puede haberlas: es un batolaje, no una elección.

Por lo que se ve, a no pocas personas y a algunas fuerzas políticas les resulta arduo entender esta diferencia. Mezclando peras con motores de combustión interna, creen ver coartada su libertad y ponen el grito en el cielo: “No pueden obligarme a optar entre dos tipos que no me gustan”.

Lamentamos informar que, justamente, de eso se trata y que, le guste o no, eso terminará haciendo todo votante, en forma consciente o inconsciente, ya que en el balotaje se computan únicamente los votos emitidos en forma positiva. El voto en blanco no es, no existe. Para decirlo en las truculentas palabras del teólogo existencial Jorge Rafael Videla, “No es, no está; está desaparecido”.

En rigor de verdad, la máquina de votación electrónica no debiera contemplar para el balotaje la posibilidad de voto en blanco o, en todo caso, tendría que llamar a esa casilla “papelera de reciclaje”, en razón de que esos votos ni siquiera se cuentan. Es como si en una votación tradicional, los votos en blanco fueran depositados no en una urna, sino en una máquina trituradora de papeles.

Así las cosas, por acción consciente, omisión o voto en blanco, el ciudadano no hace más que inclinarse por una de las dos opciones que surgieron del resultado electoral. En el caso puntual, sí o sí optará por Rodríguez Larreta o por Lousteau, así no concurra al comicio o vote en blanco. Su no voto o su voto en blanco beneficiará a quien cuente con mayores posibilidades de voto. Para el caso y hoy por hoy, Horacio Rodríguez Larreta.

Cualquiera está en su derecho a votar por Rodríguez Larreta, así como a hacerlo por Lousteau, pero sería bueno que se tratara de un acto consciente, que no crea estar haciendo una revolución cuando no hace más que votar al Pro.

El voto en blanco, instrumento electoral de protesta si los hay, ¿contra quién iría dirigido en este caso? ¿Contra quién protesta quien vota en blanco en un balotaje? ¿Contra sí mismo, por no haber obtenido en número suficiente de votos?

Al ser una protesta difusa y directamente surrealista, y al no computarse, al no formar parte del resultado más que indirectamente (reforzando las chances del más votado) el voto en blanco en un balotaje resulta una tontería política asombrosa y una demostración de presuntuosidad y arrogancia individuales dignas de más útiles causas y mejores empeños



13 comentarios:

Ricardo Moura dijo...

Ay, si al menos Gerardo Fernández y Oscar Cuervo, en vez de estar tan ofuscados y agresivos para con los propios, recobraran la calma y algo de capacidad de análisis, leyeran atenta y reflexivamente esto que es TAN claro y contundente...

Lo de Cuervo es especialmente indigesto: acusa de "mentir"—y hasta de "operadores y abyectos"— a quienes, como Boot, demuestran con simpleza cómo el voto en blanco favorece al "pollo" de Macri —por ende, a Macri mismo—.

Pero el compañero Fernández lo recomendó en su propio blog, hasta diciendo que Cuervo expresaba en mejores palabras lo que a él (GF) le gustaría poder expresar tan bien...

En fin... si así estamos entre nos, para la nacional 'tamo'frito.

Ricardo Moura dijo...

Permítame, estimado Inge, pegar un par de párrafos de un comentarista en "El Blog De Abel" (https://abelfer.wordpress.com/2015/07/09/larreta-lousteau-ni-calvo-ni-con-dos-pelucas/), que está en el mismo tema y también con mucha intensidad:
"Existe la chance, remota, pero chance al fin, de que el PRO pierda la intendencia de la CABA, su único bastión territorial.- Si ello ocurriera y Macri –como creo mucho más probable- pierde contra Scioli, el PRO recibiría un golpe mortal.- Macri tendría que volver a su casa o a Boca".

"Que es una posibilidad muy difícil, lo admito.- Pero es todavía más difícil porque muchos compañeros K votarán en blanco colaborando con el triunfo de Rodríguez L. lo que me cuesta entender".

"En una elección de solamente dos candidatos, inevitablemente quien tenga más votos tendrá también la mitad más uno.- Matemáticamente no existe otra posibilidad.- Si un candidato obtiene 500.001 votos y el otro 500.000 tiene al mismo tiempo más votos y la mitad + 1".

"Es una verdad autoevidente que cualquier voto en blanco, nulo, impugnado o no votar beneficia al candidato que corre con la delantera.- Así, si todos los que votaron al PRO y a ECO reiteraran su voto el 19 y el 21,85% que votó al FPV votara en blanco, Rodríguez L. ganaría automáticamente obteniendo más votos y más del 50% + 1.- Por el contrario, si todos los votantes del FPV votaran por Lousteau, este obtendría más votos (además de la mitad + 1) y se quedaría con el gobierno de la CABA".

Pooor favooor, compañeros que votaron a Recalde, ¡PIENSEN!

rucucu dijo...

Che Moura, en su blog Fernandez te zampó:
“ Ah, y Scioli no fue nunca un sapo para mí. Te recomiendo leer los post al respecto para ahorrarte tantas equivocaciones.”

¿Cierto? Mmmmm.

Mirá dos perlitas de Gerardo:

“Porque hago esfuerzos a rolete para encontrar dos razones que pudieran servirme para justificar el apoyo a Scioli y no lo encuentro. Es que acá surge la marca identitaria: No soy peronista y por más que esté muy cerca de las corrientes más transformadoras del movimiento hay momentos en que no entiendo o degluto algunas cosas. Para mí el kirchnerismo con Scioli a la cabeza no es kirchnerismo, esa es la razón. Para mí ganar con Scioli no es un triunfo.”

O esta otra:

“El escenario electoral nos muestra hoy tres opciones que en lo ideológico no tienen diferencias ¿Acaso alguien puede suponer que Macri, Massa o Scioli tendrían distinta posición ante los buitres o ante las retenciones, sin ir más lejos?”
La primera del 2010 y la segunda ya de 2014.

¿Tú también Fernandez? Algún sapito todos nos hemos manducado. Y a veces afecta la memoria, sobre todo cuando se está militando un voto al dope que solo favorece al PRO.

Muy bueno lo suyo, Moura.

GrouchoMarx dijo...

Yo, inocentemente, pretendí, en el blog de Cuervo, cuestionar su teoría sobre la supuesta “neutralidad” del voto en blanco, con ejemplos matemáticos varios.
Me ligué una frondosa y variada muestra de reconocimientos: mentiroso, abyecto, manipulador, chapucero, pelotudo, inescrupuloso y varios etc. Ah, y la imposibilidad de seguir debatiendo porque fui pasado por la censura, como en la época de Miguel Paulino Tato, pese a que nunca contesté a sus agresiones.
Era un blog al que solía entrar por sus interesantes artículos, también de cine o música, pero de golpe se le subió la mostaza, primero bardeando mal a los dolidos randazzistas y ahora con esta militancia quasi troska en favor de un voto en blanco que va a ser una expresión minoritaria. Que no mueve el amperímetro. Y le aumentará el porcentaje al guasón (que es lo que vale mediáticamente).
Otro amigo de Cuervo, (supongo que ahora “ex”, Salinas), posteó las dos notas de Boot y terminó con una frase ruidosa “Aquel voto en blanco estaba emparentado con los miles de “caños” que se pusieron a partir de entonces. El actual, emocional y epidérmico, sólo puede ligarse a un hapenning de Marta Minujin. ¡Bravo por Boot!” más lo previo sobre “el estandarte principista del voto en blanco, a mi juicio, en este caso, una actitud infantil y narcisista que sólo sirve para aplacar la neurosis como correr unas cuadras o procurarse un orgasmo.”
Para completarla, el amigo Musgrave se suma a la lista de rebeldes de “un voto blanquito para Horacio” y llama a no ser tan opas.
Pero el amigo Gerardo redobla la apuesta y sube el panfleto del Sr. Cuervo al que recontra sobrevalora como “contudente” y “magistral”, cuando bien podría haber sido subido por algún escriba de Prensa Obrera.
Un panfleto tan opaco y maniqueo que ante la menor observación no le quedan otras respuestas que descalificaciones.
Aún más. El joven Cuervo parece que se quedó tildado. Su última nota se titula “Mientras el kirchnerismo 2.0 milita a Lousteau, La Nación amenaza a Scioli con un golpe” (¿?)
Cuando estreno la próxima Tarantino podría titular “La última de Tarantino y los idiotas y estúpidos de Kambiemos que votaron a Lustó”
Yo aclaré, aunque Oscarcito no se enteró, que no voto en la CABA, así que lo mío es puramente teórico. Pienso también que una derrota de Macri sería catastrófica, pese a lo que piensen desde el porteñocentrismo. Sin la CABA Macri es cadáver. Difícil que lo sea. La diferencia es muy grande y al guasón no le falta casi nada para ganar.

Resentido común dijo...

Realmente no se que le pasa a Oscar Cuervo. siempre seguí su blog y su revista, pero está totalmente ofuscado. También me acusó de mentirosos por decir, básicamente, que votar en blanco es restarle un voto al debilitamiento de Macri. Traté de debatirlo con él con la mayor seriedad posible y directamente me bloquéo y todos mis comentarios desaparecieron de su Facebook.
Ojalá no sea esto lo que nos espera en los próximos años y podamos seguir debatiendo con altura.
Gracias Inge por este post.

Tilo, 74 años dijo...

¿Poner MI voto a nombre de ese tipo mediático con berretines de pendejo? Ni en pedo. Ese y el guasón laburan para el mismo cottolengo. Para colmo, detrás del tipo con rulos está la desquiciada ridícula y el radical fracasado y traidor a los principios de lo que una vez fue un partido político. Puro rejunte, pura basura a la que ni ellos mismos respetan.

Voté a Mariano Recalde con la convicción de que era el mejor candidato. Volveré a votar en la segunda vuelta EN BLANCO. Ninguno de los dos me representan. Y si más de la mitad de los porteños se ha decidido por alguno de ellos, pues no me siento aludido. No es por mi responsabilidad. Ese amplio porcentaje de personas a las que les interesan las banalidades y que se desentienden de cualquier cosa que signifique "inclusión", tienen evidentemente en el PRO a los tipos que mejor los representan.

Es interesante considerar que la bonanza en la ciudad-puerto no es más que la consecuencia de los 12 años virtuosos de la política nacional. Si no hubieran habido gobiernos populistas inclusivos a nivel de la nación, en estos momentos a unos cuantos de los habitués de los centros de compra y los boliches de Palermo-Cualquier Cosa estarían revisando tachos de basura, como muchos lo hicieron hace 12 años atrás. Mala memoria. Ingratitud. Absurda seguridad en sus propias fuerzas que no les sirvieron para nada en la época de las cuasi-monedas, los corralitos, los corralones, empresas cerradas y falta de laburo.

Siendo un jovencito, cuando derrocaron a bombazos a Perón en el 55, creí que el mundo se había terminado. Costó mucho tiempo, sangre, sudor, lágrimas y muchos muertos volver a encontrarnos en un país que entusiasma e ilumina nuestro corazón. Que nos hace sentir orgullo por nuestra tierra, nuestros símbolos y nuestra soberanía, que nos hace sentir hermanos en una Patria Grande.

Que en la ciudad más rica de Argentina malgobierne otros 4 años esta especie de festilindo pintarrajeado en skate, gum-points y otras imbecilidades no es lo peor que nos ha sucedido.

Lo lamento por los pobres que viven aquí, porque estos tipos tan divertidos los están empujando poco a poco a un precipicio. Que se hagan responsables los que eligieron nuevamente esta estupidez.

QUE SEAN ELLOS LOS QUE OPTEN POR EL GUASÓN O PETER PAN.

Anónimo dijo...

Entonces porque no ponen (TODOS) como titulo "por que hay que votar a Lousteau" si ni el propio Lousteau lo pide?

ram dijo...

Es decididamente fantástico que alguien pueda suponer que se propicia el voto a lustó, por "méritos" del rulitos o porque haya algo en ese candidato que valga la pena como para "kambiar"...
Se supone que por acá transita gente que además de una identidad K (matizada pero compartida) es razonablemente adulta y no demasiado afecta a razonar pavadas. Lustó es casi tan mala opción como larreta, pero el "casi" importa, y el valor de lo que importa bien puede estar en el voto ex FpV (es aritmética pura pero con lectura política).
La elección que había que ganar, o salir segundos, se perdió y ahora lo que queda es optar entre dos altenativas de la misma franquicia y, como es una opción (y no una elección) hay que optar dónde se para uno; si en la troskeada testimonial e impotente del que NO quiere darle valor a su voto o si te parás hasta lo último en darle valor y precio a tu voto; no es una cuestión menor el que, habiendo perdido, se conserve capacidad de daño hacia tu principal rival - ¿no vale nada, sea remota o no, la posibilidad de mearle la fiesta al afanancio de adoquines amarillo? - Dificil de entender ese menosprecio, especialmente en quienes se autoproclaman herederos de un general y aburren con las palabrejas; "táctica" y "estrategia" y si te descuidás te tiran los manuales de Clasewitz, Tzun Su, Giap y, claro, doña Petrona, que al final somos todos nac&pop, no?.
Ahora enrriquecido el debate con las obras completas de joe mccarthy, gringo progre si los hay....
Y hay algo que no veo que se tome en cuenta, un voto en 2da. vuelta NO es un voto ideológico, éso es algo que a esa altura ya pasó, ya fue, la 2da. vuelta es una opción práctica, donde cuenta lo que conviene, sea en lo estrictamente municipal o como en el caso capitalino, con la proyección nacional del resultado; para nada es lo mismo un voto en blanco que se tira a la basura, que va a ser casi de inmediato, invisible o muy aprovechado mediáticamente a un voto que influya, que genere despelotes y lastimados entre ellos y, a la pasada, los distraiga de la nacional.... ¿a qué costo?. A ninguno, o a lo mejor un broche en la nariz un minuto, tan solo poner un nombre, un voto y que se diviertan. Y si no sirviera de nada, si pasara lo peor (que el voto lustosista se fuera a la amarillez bailantera y le quedara sólo el 22% ex FpV), te queda la satisfacción de que al menos lo intentaste y, ¿cómo era la frase?, "las luchas que peor se pierden son las que no se dan"?, algo así, no?

cmfmaris dijo...

En esta elección hay dos opciones: Larreta o Lousteau. El voto a Larreta se divide en dos: XXX o explícito (eligiendo sobre la pantalla Larreta), o romántico, delicado, disimulado (eligiendo el voto en blanco).

Santiago dijo...

En la 2da guerra mundial los soldados alemanes tenían la orden de no rendirse antes de haber agotado todas las municiones, obviamente la idea es causar el máximo daño al enemigo.
Aquí se trata de identificar el mas "enemigo" de los dos, si te da lo mismo cualquiera de los dos hace lo que quieras, pero si consideras a Macri como una mayor amenaza al Proyecto Nacional votalo al rulos para restarle peso al triunfo casi cierto del PRO.
Es como hinchar por cualquiera que juegue contra Alemania o Inglaterra, con cualquier otro hay menos bronca...

Unknown dijo...

No vá al caso, pero este es uno de los tantos intendentes que van a votar .................... no sé a quien pero se reúnen con Karina Rabolini http://www.santafedigital.info/nota.asp?n=2015_6_26&id=33047&id_tiponota=3

Razz dijo...

es sencillo, no es elección, es ballotage, votás larreta o lousteau, votás en blanco=votás a larreta. Asi que el que diga que vota en blanco que se aguante que le digan que está votando a Larreta. Y sino que se tome un cohete y se vaya a vivir a otro planeta. No es tan complicado de entender, no hay tres opciones, hay solo dos.
Todo lo demás es VERSO.

Anónimo dijo...

BOJOS compara a DURAN con el PAPA,se fue al carajo,pobre....